12/07/08

Créditos finales
¿A dónde van las palabras que no se quedaron?

Hace más de dos años, como un simple capricho, escribí un texto un poco extenso que hablaba sobre el género musical rock metal y de todos los subgéneros que se desprenden de éste. Era un texto sin destino, solamente sería un habitante más de las carpetas dentro del CPU. Sin embargo, un buen amigo me invitó a ocupar su sitio dentro de este suplemento, no me animaba a mandar mi texto, lo creía malo, además aún me invadía ese miedecillo de que alguien, fuera de mi, me leyera, y también porque era un ensayo largo y temía lo rechazaran debido a la extensión. Después de una minuciosa revisión lo envié, y sucedió algo extraño, se publicó en dos partes, pero el primer domingo que saldría compré muy contento mi periódico y para mi sorpresa no venía el suplemento, pensé que no se había publicado pero para la tarde ya varias de mis amistades me habían leído y así es que tuve que comprar otro periódico en otro lugar.
El texto tuvo buena aceptación, eso me lo hizo saber la coordinadora del suplemento, una mujer de cabello cortito, en una callejoneada al calor de unos mezcales, ya luego ese textito siguió dando vueltas pasando por blogs electrónicos hasta llegar a una revista de creación literaria peruana.
Continué con participaciones esporádicas y hablando de diferentes temas, usurpando de una manera decente varios lugares y columnas, con textos un tanto académicos y aburridos que hablaban sobre las relaciones historia y cine hasta otros que hablaban de las pelis del Santo. Al fin me hice acreedor a mi propio espacio y así nació De dos a tres caídas, bautizada por la muchacha del cabello cortito, y debido a mi afición por las luchas.
De dos a tres caídas versaría solamente sobre el séptimo arte, sin embargo en alguna que otra escapadita me vi en la necesidad de crear unos paréntesis, empero la mayoría de estas hojas dominicales vieron desfilar textitos con el celuloide como principal tópico.
Hablé e hice críticas, poco profesionales, de algunas películas, así me fue también. Recuerdo haber hablado sobre la de Pajarracos, Rojo amanecer, Mecánica nacional, Apocalypto, y una que otra peli de moda o en cartelera. Igualmente realicé análisis comparativos entre novelas y películas como la de Chin chin el teporocho y El amor en los tiempos del cólera. Recuerdo haber ahondado en el cine del sexenio echeverrista, en el de ficheras, en el cine infantil mexicano, en el de Pedro Infante cuando fue su aniversario luctuoso, en el de Antonio Aguilar para el homenaje realizado en diciembre, cine que proyectó enormemente al estado de Zacatecas, lo cual tiene demasiado mérito pero me parece que no tanto como para que se ponga su nombre con letras de plata en los muros del Congreso del Estado.
Asimismo escribí crónicas desde mi exilio, un homenaje al guerrillero heroico Che Guevara, y uno que en especial me agradó sobre la catarsis que provoca ir al cine, y más si se va con alguien como la mujer hermosa que me acompaña los lunes de quincena cuando la cartelera ofrece algo atractivo.
Estas páginas se convirtieron en mi válvula de escape, en mi arma y mi escudo, me hicieron experimentar la sensación de ser leído por gente que no conozco, de saber que la señora que me corta el cabello se convirtió en una de mis lectoras más fieles, de que mi familia conociera el resultado de mis horas de encierro frente al monitor.
Estas páginas me permitieron expresar mi cinefilia, mis escasos conocimientos sobre cine, pero no simplemente de ese tema, sino también mi afición por la música como en la última columna anterior a esta, y siempre conté con la libertad de escribir lo que quisiera, con las palabras que fueran.
Finalmente agradezco nuevamente a la mujer del cabello cortito y tenis converse negros por brindarme la oportunidad, el espacio, este texto habla de todo y no habla de nada, pero quiero rendir tributo a estas páginas que vieron desfilar mis letras y a todos aquellos lectores que fijaron su atención en las inquietudes de esta voz en off.

Alejandro Ortega Neri
…le gustan los mangos, la música, el cine, la fotografía y las noches a zú lado…
pain_empty@hotmail.com


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