Mariposas al vuelo

IV

Los climas que he vivido me han hallado.

La tramontana es un viento frío, legítimo;

Provenía del norte de Figueras,

Entre litoral, palabra y monte

Eugenia reveló que algunos

Se vuelven locos si les da de frente,

Ya no pude dar la vuelta.

Calima: es la señal que llega hasta España

De la tormenta de arena del Sahara,

Ahí alcancé otra vez a Elena.

Se fue la luz en toda la isla y esa noche

No cenamos. Esa noche no brindamos.

El cielo era rojo cabalmente todo polvo.

Siroco en Venecia, viento nativo de verano;

El Adriático quedó indefenso,

Eso causaba antaño una epidemia

Mas yo tomaba el aire

Igual que el mar y la montaña;

Ahora reúno esa dolencia:

Tiempo —arena—, epidemia, locura y desamparo.


Rita Vega Baeza

Psicoanalista y poeta

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