Sonido y visión

BILLY JOEL: UN EXTRAÑO E INOCENTE PIANISTA

De pequeño pero respondón boxeador a crítico musical y de ahí al estrellato como compositor e intérprete, el hombre del piano ha transitado del bar en el que nadie le hacía caso, al estadio repleto de fans rendidos a sus pies. Durante los sesenta, formó parte de las bandas The Echoes –que cambiaba de nombre según la temporada- , The Hassles y después del dúo Attila, junto a Jon Small.
Con todo y sus altibajos, tanto musicales como personales, y la poca atención de la crítica en comparación con sus ventas, William Martin Joel (09/05/49) es una figura digna de atención desde que inició su carrera solista hasta su intermitencia de los últimos quince años, acompañada por la sólida batería de Liberty De Vitto cobijada por el bajo de Doug Stegmeyer; por el puntual sax de Richie Cannata y la melódica guitarra de Russell Javors. Todos articulados gracias a la colmilluda producción de Phil Ramone.
Cold Spring Harbor (72) que al momento de su salida al mercado padeció de un error en la velocidad de grabación, por increíble que parezca. Aún así, el sencillo She´s Got A Way empezaba a denotar el indudable talento compositivo del chaparrito de Long Island y su cercana sensibilidad para capturar el agridulce sabor de la vida. Un pop que bebía de The Beatles y de las músicas negras –un poco de síncopa jazzeada, otro tanto de rockabilly y algo de R&B por no dejar- que se desgranaba a partir del piano y de logradas armonías que llegaban directo y sin escalas al gran público.
Con Piano Man (73) el reconocimiento crecía: la autobiográfica canción titular se convirtió en clásico instantáneo, muy utilizada para el cierre de reuniones ya al filo de la madrugada; Captain Jack iniciaba una serie de canciones críticas contra la guerra de Vietnam y You´re My Home continuaba con la tendencia a la balada familiar. Con este trabajo, Joel se colocaba en las orejas de buena parte del público que gustaba de las obras de músicos similares que despuntaban con fuerza como Elton John.
Streelife Serenade (74) fue un disco confirmatorio que anunciaba la mejor etapa del músico: Turnstiles (76) denotaba una mayor complejidad y versatilidad interpretativa, tal como se expresaba en Prelude/Angry Young Man, en la espléndida New York State Of Mind, en el futurismo épico de Miami 2017 (Seen the Lights Go Out On Broadway) y en Say Goodbye To Hollywood. Un puñado de canciones que elevaban el estatus creativo del cantante y lo colocaban en la mira del música pop, justo cuando iniciaba la explosión punk.
El éxito comercial llegaría con The Stranger (77), el álbum más conocido en el que parecía colgar los guantes en definitiva (literalmente) y sacar a relucir un romanticismo (Just the Way You Are, She´s Always a Woman to Me) no exento de cierta rebeldía, como se podía escuchar en Movin’ Out (Anthony’s Song) y en Only the Good Die Young. A media luz, Vienna y Scenes in a Italian Restaurant desarrollaban historias de encuentros y pérdidas.
Con esta atmósfera seguiría 52 Street (78), obra más orientada al jazz en la que no obstante, las canciones más sonadas, Big Shot y My Life, se enclavaban en un rockpop guiado por el melódico piano siempre envuelto en rítmica segura. De la calle apenas iluminada, nos vamos al reencuentro con el rock´n’roll de Glass Houses (80) y la predominancia del piano eléctrico en logradas composiciones como All for Leyna y Sometimes a Fantasy. A fin de cuentas y como le queramos llamar, seguirá siendo rock and roll para mí. Esta etapa cerraría con el disco en vivo Songs in the Attic (81).
La guerra de Vietnam (Goodnight Saigon), el desempleo (Allentown) y el estrés de la vida contemporánea (Pressure) fueron temáticas recuperadas en The Nylon Curtain (82), al que le seguiría el optimismo vocal de An Innocent Man (84), expresado en Uptown Girl, dedicada a su nueva esposa, The Longest Time y Tell Her About It, además de la declarativa pieza titular. Tras una compilación con uno que otro corte inédito, apareció con nueva alineación The Bridge (86), que incluyó la presencia de Ray Charles y Cindy Lauper, así como A Matter of Trust, única canción que logró trascender.
Después de un fallido trabajo en vivo grabado en Leningrado, se configuró Storm Front (89) con la historiográfica We Didn´t Start the Fire y la emotiva The Downeaster Alexa, álbum con el que se presentó en México con un memorable concierto en la época donde empezaban a lanzarse diversos artistas a nuestro País. River of Dreams (93) representó el último disco pop y fue hasta la llegada del nuevo milenio que grabó otro álbum en vivo y Fantasies & Delusions (01), orientado a la música clásica.
El más reciente registro discográfico es 12 Gardens Live (06) y recién apareció la noticia de que compuso una canción con motivo de la guerra de Irak, interpretada por un joven veinteañero. Billy Joel regresó a nuestro País para regalarnos un concierto que justo inició con el maratón más famoso de la temporada: el Guadalupe-Reyes. Una oportunidad para disfrutar de la música de una de las presencias pop que nos ha acompañado en parte del soundtrack de nuestras vidas.

Nos escuchamos después.
Comentarios: cuecaz@prodigy.net.mx

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