Hablando con la estrella

¿A quién se le ocurre hablar sobre algo tan universal? Y digo universal porque el universo en sí es un complejo de sonidos callados. Una de las ocasiones en que más me he sorprendido fue sin duda, cuando me enteré de que en el espacio sideral no hay ruidos, nada, ni un pedazo de sonido existe allá arriba. Dicen los que saben que los planetas, astros y demás gama espacial se tienen que quedar callados siempre, de no ser así, nos mataría el simple rugido de la flama del sol.

Sin embargo, la armonía que produce la música, nuestro tema universal, está presente en todo el cosmos. Sé que las estrellas a escondidas siempre están cantando y su canción hace nuestra vida más extraordinaria. Yo no soy experta en asteroides ni satélites pero sé que el silencio absoluto también es imposible y que la música se compone entre pausas, pequeños silencios, como si una extraña dualidad hiciera el amor gritando y callando a la vez, pero tampoco soy experta en música.

No sabía qué decir al respecto; sólo a mí se me pudo ocurrir un tema tan complejo, así que imaginé al universo entero: su mutismo es un disfraz que escucho muy a menudo cuando giramos en nuestro propio eje, cuando Saturno estrena anillos o a la luna le sale un nuevo cráter, cuando un cohete despega todos los planetas aplauden y hablan entre sí y también me imaginé una entrevista con una estrella en el baño. Yo la del micrófono, ella la que se sienta en el excusado, yo hago las preguntas, ella a veces se ríe.

-¿Qué es tu voz?

Aquí seguro ella respondería- Consequence of sounds

-¿Qué es tu esencia?

Y ella dice – Raindrops

Entonces yo hago el apunte de que su voz con el piano hace magia pero ella se ríe suavemente; me quedo paralizada, siento que fue un comentario infantil ella sólo agrega The flowers. Y ahora me sorprendo más al escuchar que ésta estrella no sólo hace magia y música sino que además de hablar en inglés también sabe francés

- Aprés moi

- Merci beaucoup- consigo pronunciar con dificultad.

Es una extraña estela, elegante casi soberbia de un blanco deslumbrante que asemeja en mi baño que alguien se ducha con agua muy caliente.

¡Imagínese! Una noche en que las estrellas cantan en secreto para que sólo a través de una pausa en nuestras ruidosas vidas ajetreadas podamos escucharlas por un segundo sin realmente escucharlas ¡Qué enredo!

Ahora, perpleja de confusiones, con más sorpresa que antes sólo me resta agradecer a Regina Spektor por su amabilidad en este encuentro, por bajar un momento de la constelación a la que pertenece para cantar callada ese verso de la canción Samson que me encanta “You are my sweetest downfall” que me hace pensar en un mutis grande, la pausa mayor, un absoluto silencio ¡Imagínese!

Y ella dice- Bon idée.

Citlaly Aguilar Sánchez

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