LOS SIMPSON Y EL TODOPODEROSO: ¿COMEDIAS ECOLOGISTAS?

Un par de cintas centradas en la comedia cuyos desarrollos argumentales apuntan hacia temáticas ecologistas, coinciden en los últimos estertores del verano fílmico. Con buena dosis de humor para todas las edades, aunque habrá padres que consideren inapropiado que sus hijos vean a las criaturas amarillas más famosas del mundo, se destilan críticas directas hacia las formas de gobernar y las corruptelas inmersas en la toma de decisiones. Un par de familias envueltas en circunstancias extremas. Veamos.

LOS SIMPSON

La caricatura más importante de los últimos años da el esperado y arriesgado salto a la pantalla cinematográfica. Una familia y sus circunstancias se han convertido en un gran espejo no sólo de la sociedad estadounidense, sino de muchas otras que quizá cada vez se parezcan más entre sí. Además del reflejo general, está la identificación personal, con ese políticamente incorrecto Homero, cuyos rasgos de pronto se pueden parecer a alguna de nuestras facetas escondidas.

El arranque de los capítulos que no tiene nada que ver con su desarrollo; el retrato de todos los miembros de la comunidad cual arquetipos sociales; la inserción satírica de personajes conocidos capaces de burlarse de sí mismos y la crítica frontal tanto a una multiplicidad de prejuicios como a las estructuras de poder (medios de comunicación, empresarios, gobierno), han sido el sustento de esta serie que ha transitado, con sus caídas y levantadas, durante 18 temporadas, desde enero de 1990.

Con la participación de los guionistas originales (Matt Groening y James L. Brooks a la cabeza) y dirigida por David Silverman (El camino al Dorado, codirector de Monsters Inc.), Los Simpson: La película (EU, 07) opta por ser un recorrido panorámico, antes que clavarse con algunos personajes o situaciones, de lo que ha sido la serie animada, recurriendo a efectivos gags que consiguen mantener la risa durante prácticamente todo el tiempo.

Springfield se ha convertido en la tierra de los muertos vivientes, dado su alto índice de contaminación provocado, desde luego, por Homero y su cerdo-araña cual mascota predilecta, a pesar de que su hija Lisa se ha asumido como la Al Gore del poblado. Bart seguirá haciendo de las suyas, Maggie pronunciará su primera palabra y Marge tendrá que ser, nuevamente, el equilibrio de la familia. Alrededor de ellos, los personajes conocidos tendrán breves apariciones cual viñetas de sus propias trayectorias, bastante conocidas por la mayoría del público.

Incluso el presidente Schwarzenegger, que prefiere dirigir a leer y que otros decidan por él, tendrá su aparición justo en el conflicto ambiental que tiene a Springfield al borde de la destrucción masiva cual Escape de Nueva York, mientras los pobladores van de la iglesia al bar y viceversa, Green Day encuentra su Titanic. Con un domo gigante a manera de prisión, se analiza qué hacer para evitar una catástrofe ecológica, aunque en el fondo estén los negocios como piedra de toque para tomar la determinación.

Entre la parodia de temas que hoy se encuentran en la mesa de los grandes debates, se mantiene la presencia del espíritu familiar que, con todas su disfunciones, funciona para resarcir cualquier daño que se pudiera causar y seguir siendo tal para cual. Una película que cubre las altas expectativas generadas por todo un culto que se ha ido fraguando a lo largo de muchos años, aunque queda la duda de ver si se pudiera haber presentado más el personaje favorito de cada quien y no reducirlo a una mera viñeta.

EL REGRESO DEL TODOPODEROSO

Tras la original idea aunque pobre desarrollo que significó la primera parte, quedaba la duda si valdría la pena hacer una secuela: parece que los productores tenían razón. Esta continuación discontinua supera a su predecesora retomando un personaje secundario, el presentador de noticias vuelto ahora ridículo bailador-congresista, para colocarlo como protagónico y elegido con el fin de llevar a cabo una ardua tarea que le generará problemas familiares y profesionales (el comediante de moda Steve Carell, notable en Pequeña Miss Sunshine).

Dirigida por Tom Shaydac, El regreso del Todopoderoso (EU, 07) funciona como una comedia familiar con su dosis de humor y de un absurdo que de inmediato hacemos nuestro: construir un arca en pleno Washington para salvar a las especies animales de una inundación sumamente improbable dada la sequía que ahora se vive en varias zonas del Planeta. Dios (Morgan Freeman, divirtiéndose de lo lindo) le pide al político en ascenso semejante labor: no cabe duda, sus caminos son inescrutables y su voluntad no siempre coincide con la lógica humana.

Fuera de que nos quieran hacer creer a fuerza que la historia de Noé no es sobre la ira de Dios sino una historia de amor (cada quien sus interpretaciones), la cinta desgrana algunos diálogos inteligentes, situaciones de franco humor, aceptables efectos visuales con los animales, y dirige sus dardos contra los políticos (encabezados por John Goodman), más preocupados por sus intereses que por los de las personas que se supone representan: en efecto, no sólo en México se cuecen transas así.

Queda claro, eso sí, que los desastres en apariencia naturales, tendrían más que ver con el egoísmo y limitación de miras del ser humano, que con un exabrupto divino. Los locos que anuncian la enfermedad de nuestro mundo, dejarán de serlo cuando el mal se vuelva crónico y resulte demasiado tarde para encontrar una cura.

Fernando Cuevas

Nos leemos después.

Comentarios: cuecaz@prodigy.net.mx

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