SEÑORAS VENGANZA

Coinciden en pantalla un par de heroínas renegadas: una, producto de la imaginería del videojuego que lucha contra la omnipresencia corporativa, y la otra, de artista radiofónica a justiciera por propia mano frente a la lentitud del sistema de seguridad y justicia. Ambas parecieran no tener otra alternativa y se han sometido a la soledad que implica el heroísmo involuntario.

1. Dirigida por el irlandés Neil Jordan, siempre funcionando mejor lejos de Hollywood (de Ángel, 82 a Desayuno en Plutón, 05), Valiente (EU, The Brave One, EU-Australia, 07) es una reflexión trunca sobre la venganza y la justicia, que arranca con un discurso interesante sobre la violencia urbana y la angustia de la pérdida pero que, inexplicablemente, se convierte en un thriller de fórmula que se va desgastando al punto de acabar como una película convencional de ojo por ojo (cuya estrategia incluso parece aprobar), abandonando toda posibilidad de profundización sobre la propia premisa que había planteado.

Con uso doloroso del flashback, seguimos a una locutora (Jodie Foster otra vez frente a la pérdida) que tras ser brutalmente asaltada junto a su novio, quien pierde la vida, decide ajustar cuentas por sí misma, mientras que un detective (Terrence Howard), con sus propios infiernos, establece una relación entre afectiva y policíaca con ella. Junto a la cuidada producción y manejo del espacio fílmico, son los programas de radio los que terminan por resultar de mayor impacto, dada la posibilidad de repensar las formas de convivencia en las grandes ciudades.

Fuera de ahí, tanto el desperdicio de los personajes secundarios (la vecina, la jefa, la amiga y la exesposa) como el fallido desenlace, opacan temáticas apenas sugeridas, como la facilidad para adquirir armas de fuego, la transformación de la persona ante un evento trágico y las concepciones de justicia que se pueden generar en circunstancias extremas. Rescatables son algunos de los monólogos y diálogos entre los personajes centrales a pesar de las improbables transformaciones que van experimentando en función de los sucesos.

La decisión de enfatizar menos en las motivaciones de los involucrados y más en las peripecias justicieras y su consecuente proceso de investigación, deja a los personajes un cuanto tanto desvalidos, lo que produce un resultado genérico muchas veces visto (tipo Kill Bill), lejos de la intensidad alcanzada en el análisis de la venganza planteada en la trilogía de Park Chan-wook que intitula el presente escrito, y en la que se puntualiza el vacío aplastante a pesar de ejecutar actos en apariencia reivindicatorios.

2. Dirigida por Russell Mulcahy (Highlander) y constituyéndose como la mejor entrega de la saga (que no es un gran mérito), Resident Evil: Extinción (EU, 07) continúa la batalla de la heroína (Milla Jovovich, ya especializada en papeles de imbatible fetiche de videojuego) frente a la corporación como ente sólo preocupado por su propia sobrevivencia, sin importarle los efectos nocivos que sus acciones puedan causarle al planeta, humanos incluidos. De refilón se plantea el necesario componente ético con respecto a los procesos de investigación llevados a cabo por empresas de dudoso esquema valoral.

Mezclando sin pudor el cine de zombies con Mad Max y demás cintas de catástrofe futurista, el film apenas se sostiene por algunas secuencias bien logradas (como la de los clones), aunque persiste la sensación de estar frente a un videojuego pero sin ser partícipe de él, como estar viendo a dos o más jugadores expertos pero sin que te presten los controles. No obstante los tímidos intentos por dotar de cierta emotividad al desarrollo argumental, predomina el énfasis gore y las batallas entre el grupo sobreviviente y los hambrientos muertos vivientes, además de las perversidades corporativas.

Eso sí, habrá que decir que se trata de una cinta en la que no hay sorpresas ni para bien ni para mal: de antemano se sabe lo que se va a ver y tan sólo resta tomar la decisión de si estamos con el ánimo correcto para ver las correrías de esta otra señora venganza, producto de la escalada de videojuegos que siguen dando material para el cine, siempre con desiguales resultados.

Fernando Cuevas

Nos leemos después.

Comentarios: cuecaz@prodigy.net.mx

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