ARMAS Y LETRAS
Para leer es necesario el lugar, donde poder mover las hojas con todo el ruido que se ocupa y acomodar las piernas con placer. Hay quienes prefieren leer en los lugares cerrados y sin sonidos, hay quienes optan por el movimiento y lo hacen en camiones o mientras caminan, otros más simplemente buscan el lugar que combine con su estado de ánimo y disposición anatómica.
Tomamos Armas y Letras y nos dirigimos a encontrar su espacio: unas escaleras. Una vez ahí se abrió un recuadro del mundo a cargo de la Universidad de Nuevo León, Monterrey. En primera instancia las hojas de rosado color presentan poesía de José Javier Villarreal, las páginas verdes son de una traducción de un poema de Forugh Farrajzad a propósito de una entrevista que se le hizo. Las hojas rosas también presentan una obra de teatro en la que los novios se convierten en gatos.
Las escaleras no son un lugar muy cómodo pero reúnen características especiales tales como: altura, movimiento, piso y respaldo (si se quiere estar sentado), y las caídas son en pausas debido al tiempo que lleva transbordar cada peldaño. En Armas y Letras las escaleras son horizontales y cada peldaño es una página en la que nos detenemos, nos sentamos a leer a Hugo García y su ‘Amor Platónico’. En otro escalón Miguel González Virgen trata de descifrar la realidad mientras se observa una sesión fotográfica de un hombre que se convierte en sombra mientras montones de bolsas de basura lo ocultan.
Y no sólo el lugar influye para lograr la lectura, es importante el instante psicosomático del que tiene la revista en sus manos, es importante que las escaleras funcionen como una trayectoria ascendente-descendente en cuanto a emociones y ayude al lector a encontrar el famoso equilibrio que hace más disfrutable cada momento; Armas y Letras nos mantiene en constante zigzagueo sensorial con su variedad de temas que van desde el análisis hasta la emoción pura de encontrar el amor en el contexto.
Sin duda, las armas son las letras y a veces las letras funcionan como armas, aunque las armas suelen ser dispositivos compuestos de otra piezas en las que se incluirán acontecimientos como el lugar sin olvidar la fecha y la hora, el acomodamiento planetario en relación con la fisiología de cada ser humano y su capacidad para darle vuelta a la hoja y encontrar su lugar, su revista en el momento preciso para desde luego llegar a simplemente leer.
Citlaly Aguilar Sánchez
Para leer es necesario el lugar, donde poder mover las hojas con todo el ruido que se ocupa y acomodar las piernas con placer. Hay quienes prefieren leer en los lugares cerrados y sin sonidos, hay quienes optan por el movimiento y lo hacen en camiones o mientras caminan, otros más simplemente buscan el lugar que combine con su estado de ánimo y disposición anatómica.
Tomamos Armas y Letras y nos dirigimos a encontrar su espacio: unas escaleras. Una vez ahí se abrió un recuadro del mundo a cargo de la Universidad de Nuevo León, Monterrey. En primera instancia las hojas de rosado color presentan poesía de José Javier Villarreal, las páginas verdes son de una traducción de un poema de Forugh Farrajzad a propósito de una entrevista que se le hizo. Las hojas rosas también presentan una obra de teatro en la que los novios se convierten en gatos.
Las escaleras no son un lugar muy cómodo pero reúnen características especiales tales como: altura, movimiento, piso y respaldo (si se quiere estar sentado), y las caídas son en pausas debido al tiempo que lleva transbordar cada peldaño. En Armas y Letras las escaleras son horizontales y cada peldaño es una página en la que nos detenemos, nos sentamos a leer a Hugo García y su ‘Amor Platónico’. En otro escalón Miguel González Virgen trata de descifrar la realidad mientras se observa una sesión fotográfica de un hombre que se convierte en sombra mientras montones de bolsas de basura lo ocultan.
Y no sólo el lugar influye para lograr la lectura, es importante el instante psicosomático del que tiene la revista en sus manos, es importante que las escaleras funcionen como una trayectoria ascendente-descendente en cuanto a emociones y ayude al lector a encontrar el famoso equilibrio que hace más disfrutable cada momento; Armas y Letras nos mantiene en constante zigzagueo sensorial con su variedad de temas que van desde el análisis hasta la emoción pura de encontrar el amor en el contexto.
Sin duda, las armas son las letras y a veces las letras funcionan como armas, aunque las armas suelen ser dispositivos compuestos de otra piezas en las que se incluirán acontecimientos como el lugar sin olvidar la fecha y la hora, el acomodamiento planetario en relación con la fisiología de cada ser humano y su capacidad para darle vuelta a la hoja y encontrar su lugar, su revista en el momento preciso para desde luego llegar a simplemente leer.
Citlaly Aguilar Sánchez
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