Soldadera 131

LUVINA

Esta semana tuve entre mis manos, a manera de blanca espuma de un enorme jabón blanco, la sensación mojada del mar, la vista de barcos y olas mecedoras, olor a pez y arena en los dedos. Luvina, una revista literaria de la Universidad de Guadalajara, en su edición número cuarenta y siete presenta ‘Escrituras sobre el mar’.
Y podría suceder que la alta marea borrará los poemas de amor en las páginas de Luvina, y que la lluvia sequé con días soleados, que el agua se evapore al contacto con el fuego pero aún hay palabras que no se van con el viento, letras de papel y de agua de mar caliente del que emanan un ‘Monólogo de Neptuno en mármol’ de Luis Vicente de Aguinaga, la vista ‘Desde el Faro’ de Adolfo Echeverría y ‘la Teoría de la Atlántida’ de Luis Jorge Boone.
Recuerdo la árida ‘Luvina’ de Rulfo, blanca y borrascosa, desolada, fantasmal como olvidada entre los escombros de una vida desgastada en la cumbre de una imaginación excéntrica; esta Luvina es azul, clara, cálida como los límites acuosos de nuestro país y en ella se encierra un viaje naufragante hacia el límite de la Tierra en un domingo cualquiera.
Esta semana estuvo conmigo el sonido de ese murmullo que hace el rocío de cada mañana sobre las hojas en los árboles, traje en mi bolso como fiel compañía setenta y ocho páginas llenas de paisajes líquidos que por instantes bloquearon las calles de Zacatecas de norte a sur y las inundaron de algas y sal.
Y esta playa es expansible mi querido lector, estírela hasta usted, hagamos una fuga de las empedradas calles, salgamos en bikini a pasear con gafas de sol, contraigamos uno momentos a la ciudad rojiza que nos envuelve y dejémonos borrar, nademos en Luvina hacia ese punto en que comienza el cielo.

Citlaly Aguilar Sánchez

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